lunes, 14 de abril de 2014

LA VENGANZA DE MIGUEL ANGEL







Una vez que Miguel Ángel terminó la Capilla Sixtina en 1541, la pintura provocó escándalos y las críticas más violentas, pues se consideraba vergonzoso que en tan sagrado lugar se hubiesen representado tantas figuras desnudas, especialmente algunas parejas cuyas posturas podían parecer comprometidas.

Según algunos obispos, el fresco no correspondía a un recinto tan sagrado como la Capilla sino a
una taberna. Por esta razón el artista fue amonestado por Biagio da Cesena, maestro de ceremonias del Papa. En sus propias palabras: "Es una desgracia que en lugar tan sagrado se hayan trazado figuras obscenas que exhiben su desnudez de un modo más propio de un burdel o una taberna". 

A Miguel Ángel esta llamada de atención no le sentó nada bien y, como venganza, retrató a Biagio en una esquina, desprovisto de ropa y luciendo unas espléndidas orejas de asno.




FIAT LUX.



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