En el
anterior post, vimos como Jesús abandona el sepulcro, primero se encuentra con
María Magdalena y ésta abraza sus pies (señal de cuerpo físico), y a la que
Jesús encarga que comuniquen a sus discípulos que se trasladen a Galilea para
reunirse con él.
Evangelio
de Mateo: Entonces Jesús les salió al paso
y les dijo: “Salve”. Ellas se acercaron, le abrazaron los pies y lo adoraron.
Entonces Jesús dijo: “No tengáis miedo; id y decidles a mis hermanos que vayan
a Galilea, y allí me verán”.
Luego Jesús
fue visto por Santiago y por Pablo, como leemos en la primera epístola a los
Corintios (15-78):
Después
se le apareció a Santiago; luego a todos los apóstoles; y por último, se me
apareció a mí.
Jesús se
ve esporádicamente con sus amigos, no dejándose ver abiertamente en público por
temor a que le reconozcan y le prendan los judíos. Luego Jesús emprende una
caminata a pie de unos 100
kilómetros para llegar a Galilea y despistar así a sus
posibles perseguidores.
Hay más
pruebas en el N.T de que Jesús seguía en cuerpo humano; que no se había
espiritualizado, leemos:
Lucas
(24,37-39): Despavoridos y llenos de temor, pensaron que veían a un espíritu, y
les dijo: “¿Por qué os asustáis y por qué os vienen al corazón estos
pensamientos? Miradme las manos y los pies, que soy yo mismo; palpadme y mirad;
que un espíritu no tiene carne y huesos como veis que tengo yo”.
En los
siguientes versículos Jesús muestra tener hambre. Algo absolutamente
inconcebible en un ente divido o espiritual:
“¿Tenéis algo para comer?”. Ellos le
dieron un trozo de pescado asado; lo tomó y se lo comió delante de ellos.
En el
evangelio de Juan, leemos como Tomás palpa las heridas de Jesús. Demuestra así
que se les apareció en cuerpo tangible.
Juan
(20,20): Les mostró las manos y el costado.
Juan (20-27): Después le dijo a
Tomás: “acerca el dedo aquí y mira mis manos, y acerca la mano y ponla en mi
costado, y no seas incrédulo, sino creyente”.
Lo que
queda claro es que Jesús tiene que desaparecer de Palestina. Tomó, como hemos
visto, lo últimos contactos con sus discípulos, con cuidado de no ser
descubierto y emprendió marcha hacia el Este.
Era al fin y al cabo un hombre perseguido. Perseguido, torturado y
atormentado, tanto física como mentalmente, era incapaz de soportar un segundo
enfrentamiento con sus enemigos. Para no ser descubierto, incluso se disfraza
durante los últimos días de su estancia en Palestina, como lo demuestra el
evangelio:
Marcos (16, 12): Después de esto desapareció en una figura distinta.
Como ya
he mencionado, Jesús huye disfrazado por
lo que no es reconocido por María Magdalena:
Evangelio de Juan (20, 14): Diciendo esto se volvió y vio a Jesús allí,
de pie; pero no sabía que era Jesús.
Pero,
aparte de que ahora se veía forzado a huir, Jesús tenía de todos modos que
acabar de cumplir la misión para la que fue enviado.
De haber
muerto efectivamente en la cruz, Jesús habría fracasado en el cometido que le
fue asignado.
Jesús
fue enviado principalmente, según los evangelios, para cumplir la ley y para
buscar y salvar a las antiguas tribus perdidas de Israel. Esta segunda misión
es la que nos interesa.
Lucas (19,10): Que el hijo del hombre ha venido a buscar y salvar
aquello que se había perdido.
En este
mismo sentido, Jesús recomienda a sus discípulos:
Mateo (10, 5-6): No os encaminéis a tierras de paganos, ni entréis en
la ciudad de los samaritanos; dirigíos más bien a las ovejas perdidas de
Israel.
Jesús
debía ir en busca de las tribus perdidas de Israel. Fue Josué quien dividió
Tierra Santa entre los hijos de Israel quedando dispersas a través de Palestina
y que estas nunca regresaron.
En el segundo
libro de Esdra, se menciona que alguna tribus tuvieron que andar un largo
camino que duró año y medio hasta establecerse en los límites occidentales de la India , Punjab y hasta el
valle del Indo. En incluso hay escritos que sitúa otras en el Tíbet y
Cachemira, llegando a través de Afganistán.
Jesús
según los relatos bíblicos se encaminó hacia Emaús, hacia el valle de Josafat,
habría pasado a través del Occidente de Judea y habría llegado a Samaria, un
país en que les estaba prohibido entrar a los judíos. Habría alcanzado
finalmente Nazaret, encaminándose al lago Tiberiades (Juan 21, 1). De Nazaret
partían grandes caravanas en ruta a Damasco.
En el
Corán se puede leer:
Corán (23, versículo 50): E hicimos con el hijo de María y con su madre
un milagro, y los refugiamos en una benéfica colina provista de manantiales.
Durante
esos días, María, su madre viajaba con él, llevaba un bastón de mano y viajaban
a pie, llegaron a través de ruta comercial hasta Urfa y en cuatro horas
llegaron a Alepo para proseguir su viaje.
Jesús
para a Irán, llegando a la frontera entre Pakistán y Cachemira, hasta la
localidad de Taxila, donde se encontraba Tomás.
Los tres
salen de Taxila y prosiguen camino a Cachemira, pero María no llegaría a ver el
llamado “Paraíso sobre la
Tierra ”. No soportando las penalidades del largo viaje muere
en un pequeño pueblo de Murree, situado por carretera actual a unos 70 kilómetros de
Taxila. En lugar en que está enterrada María se conoce con el nombre de Mai Mari de Asthan, que significa “lugar de
descanso de la madre María”. De acuerdo con la costumbre judía, la tumba esta
orientada de Este a Oeste.
De
Murree, Jesús prosiguió hacia Srinagar entrando por Cachemira a través del
prado llamado hoy Yusmarg (prado de
Jesús) donde estaba habitado por una tribu judía. Jesús llegó en calidad de
profeta. Dedicó sus días y noches a las oraciones y fue muy piadoso. Acercó al
pueblo de Cachemira la palabra de Dios. Muchos se convirtieron en discípulos
suyos.
Jesús
tomó a Maryan y tuvieron varios hijos y vivió 40 años más.
Tomás
hizo construir la tumba de Jesús en el lugar exacto donde expiró, en el
distrito de Khanyar, hoy en día en
pleno centro de la ciudad de Srinagar, capital de Cachemira. En la calle puede
verse un poste de tendido eléctrico y un cartel azul con la inscripción en
blanco “Rozabal”, palabra que se le
aplica a las tumbas de los profetas.
Todo este relato está sacado del libro de
mi bibliteca Jesús vivió y murió en
Cachemira, de Andreas Faber-Kaiser. Una investigación asombrosa, con datos,
lugares y rutas que el mismo escritor realizó.
Una obra
polémica que no tedajará indiferente.
Esta es una de las muchas teorías que hay
sobre la muerte de Jesús y que hay que juzgar y valorar cuidadosamente, tanto
en el ámbito histórico como en el de la
Fe.
Fiat Lux.
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