Salió
Jacob de Beershebá para dirigirse a Haram y llegó a un lugar donde se dispuso a
pasar la noche porque se había puesto ya el sol, tomó una de las piedras del
lugar, la puso de cabecera y se acostó en aquel sitio.
Tuvo
un sueño, aparecía una escalera que se apoyaba sobre la tierra y cuyo extremo
llegaba al cielo, por ella subían y bajaban los Angeles de Dios. Yavhé estaba
de pie junto a el y le decía: yo soy Yavhé el Dios de Abraham, tu padre, y el
Dios de Isaac, la tierra sobre la que estas acostado te la daré a ti y a tu
prosperidad y será tu descendencia como el polvo de la tierra y te extenderás a
occidente y a oriente, y al medio día por ti y por tu descendencia serán
bendecidas todas las naciones de la tierra , yo estoy contigo, te guardaré
donde quiera que vayas y te haré regresar a esta tierra porque no te dejare
hasta que halla realizado lo que te he dicho.
Despertó
Jacob de su sueño y dijo: ciertamente esta Yavhé en este lugar y yo no lo sabía,
tuvo miedo y exclamo: cuan terrible es este lugar, no es otra cosa que la casa
de Dios y la puerta del cielo.
Se
levantó Jacob muy de mañana, tomo la piedra que había puesto de cabecera y la
erigió como una estela, derramo aceite encima de ella, llamo a aquel lugar
Betel, pues hasta entonces la ciudad se llamaba Luz.
Y
yo me pregunto: Jacob tuvo miedo, y dudó. ¿A dónde conducía la escalera de
Jacob, al Cielo o al infierno?
¿Que
observo Jacob? Una escalera que partía del suelo hasta el firmamento y por ella
bajaban los ángeles de Dios. Y si subían y bajaban los ángeles del Creador , ¿
podrían hacerlo igualmente los demonios? Que diferencia hay entre el bien y el
mal.
Angeles
del cielo que subían y bajaban por una larga escalera, lo mismo que ellos hacían
los demonios.
Arriba,
las Puertas del Cielo, donde un Ángel espada en mano vigilaba el final de la
escalera. Jacob miró y tuvo miedo porque en un extremo de esas escaleras vio
tinieblas y oscuridad. Eran las puertas del infierno, cuyo príncipe no duerme
jamás, su desvelo se debe a la misión, poner a prueba sin descanso la fidelidad
del ser humano para con Dios. Suben a oponerse al Hacedor para dar paso así a
la barbarie, a la mortandad.
Angeles
contra demonios, ambos, organizados para presentar batalla.
Por
un lado los soldados de Cristo: Principados, Postestades, Querubines, Tronos
y Serafines con el Arcángel Miguel a la
cabeza.
Por
el otro, Lucifer comandando sus ejércitos desde la retaguardia, encomendándole
a Belial el ordenamiento de sus
defensas, agazapados esperan el instante preciso.
Siete
grandes batallas se librarán por el Cielo, quien ganará…………………
Continuará.
No hay comentarios:
Publicar un comentario