lunes, 16 de febrero de 2015

EL SUBMARINO ALEMÁN U-234



15 de abril de 1945, base militar naval de Kristiansand (Noruega), el capital Heinrich Fheler, asume el mando del submarino alemán U-234. Que se caracterizaba por su gran tamaño y por no disponer de lanzadera de torpedos, un gigantesco submarino de transporte.
Bajo órdenes del jefe de la Gestapo, Heinrich Müller, el U-234 parte rumbo al mar del Japón con una misión muy concreta: entregar la carga a la marina imperial japonesa. Un servicio de mensajería catalogado como “Estricto Alto Secreto”, pues su contenido cambiaría el curso de la guerra.


El acceso a los compartimentos de carga estaba restringido solo a los oficiales del sumergible y a dos extraños oficiales nipones. El capitán Feller trazó cuidadosamente el rumbo para evitar a los enemigos, sin saber que su verdadero enemigo iba a bordo.

A las tres semanas de viaje, gran parte de tripulación del U-234 comenzaron a sufrir ataques de vómitos, nauseas y mareos, sobre todo el personal que operaba en los compartimentos de estribor más cercanos a la carga; esto sumado a los informes militares que auguraban la inminente derrota del Tercer Reich en Europa obligaron al capitán Feller a tomar una decisión.

El 13 de mayo de 1945, casi un mes después de partir de Noruega, el U-234 alzó la bandera blanca frente al destructor americano USS Sutton, los oficiales japoneses que iban a bordo se suicidaron tan pronto conocieron las intenciones del capitán.
La sorpresa de los americanos fue mayúscula cuando comprobaron que en su interior  transportaban lo más avanzado de las ciencias y tecnologías alemanas, un cazabombardero ME-262 desmontado pieza a pieza, componentes vitales de misiles y cohetes, equipos electrónicos de comunicación, radares, las ultimas espoletas de proximidad, revolucionarias granadas anticarro, medicamentos contra la malaria, es decir, todo lo que el Tercer Reich había estado desarrollando.
Pero lo más importante eran los rumores, rumores de que entre las 240 toneladas de carga existía un misterioso container que hacía enfermar a los marineros. Una misteriosa caja metálica con la esvástica, un número de serie y las palabras “Proyecto Uranio”.


Para los militares estadounidenses que desembarcaron la carga en Post Mounth  aquellas palabras no les sonaban a nada, pero un oficial de inteligencia conocedor del proyecto “Manhattan” (nombre en clave de un proyecto científico llevado oa cabao en secreto durante la Segunda Guerra Mundial por los EEUU en colaboración con Reino Unido y Canadá. El objetivo era el desarrollo de una bomba atómica antes que los alemanes).
Este supo nada más verlo que en aquel container había oxido de uranio o como mínimo algo conectado con la energía atómica. Algo que vendría de perlas a los científicos norteamericanos que estaban estancados en el proyecto Manhattan y no eran capaces de conseguir la bomba atómica.

Es más es fácil encontrar documentación sobre el proyecto de la bomba de plutonio. Cada una de las fases de su desarrollo están lo suficientemente catalogadas en miles de artículos y declaraciones de los artífices del proyecto Manhattan, sin embargo, es mucho más difícil encontrar documentación desclasificada sobre el modelo de la bomba de uranio lanzada sobre Hiroshima.
Dicha bomba y su uso siguen provocando entre historiadores y expertos agrias discusiones acerca de su verdadera naturaleza, pero la contestación definitiva a todas estas cuestiones puede ser resuelta con una sencilla explicación, ¿y si la bomba de uranio de Hiroshima ha había sido probada con antelación por los alemanes en un remoto bosque siberiano?
Lo que si sabemos es que el 9 de agosto de 1945 los japoneses se rinden, la guerra había acabado y el estado de euforia general entre los aliados hace que se baje la guardia ante la prensa, incluso los científicos implicados en el proyecto Manhattan hacen declaraciones a la prensa, entre ellos, uno de los principales responsables del mismo.
Openhimer afirma en una inocente entrevista sobre los apuros y prisas que la bomba de plutonio había ocasionado entre su equipo de trabajo lo siguiente: era una bomba que los alemanes ya habían probado, no había nada que investigar, solo usarla.


¿debemos creer entonces que la bomba que lanzó el Enola Gey durante la Segunda Guerra Mundial sobre Hiroshima era en realidad un arma nazi? 


                                                                                                                    Fiat Lux.

No hay comentarios:

Publicar un comentario