jueves, 31 de julio de 2014

LA BATALLA POR EL CIELO (PARTE IV)



Lucifer seguía atento a los acontecimientos que se sucedía, agazapado observando el devenir de las criaturas de Dios y curioseando vio a Adán y a Eva haciendo el amor, desnudos y sin avergonzarse, se puso celoso y juró: “Destruiré a Adán, me casaré con Eva y gobernaré verdaderamente”.
Espero a que Adán yaciese con Eva y se quedase dormido, y entonces ocupó su lugar. Eva se entregó a Él y concibió a Caín.

Eva no tardó en arrepentirse y exclamó llorando: “!Ay, Adán, he pecado!”. Destiérrame de la luz de tu vida. Iré al oeste y allí esperaré la muerte”.
Tres meses después, cuando llegó al Océano, Eva reunió ramas y construyó una choza. Cuando le llegaron los dolores del parto rogó a Dios que le permitiera alumbrar, pero inútilmente, sólo pudo suplicar al Sol y la Luna que informaran a Adán en su siguiente circuito al este. Ellos lo hicieron y Adán se apresuró a ir junto a Eva, la encontró todavía con los dolores del parto y unió sus suplicas a las de ella. Dios envió doce ángeles y dos virtudes encabezados por Miguel, quien se colocó a la derecha de Eva, acariciándole el rostro hasta que dio a luz.

Como el rostro del infante Caín brillaba angelicalmente, Eva supo que Adán no era su padre.
Después Eva dio a luz a otro hijo, que se llamó Abel.

Eva tuvo un sueño en el que vio a Caín bebiendo la sangre de Abel. Cuando le contó el sueño a Adán le dijo: “Debemos separar a nuestro hijos”.
En consecuencia, Caín fue criado como agricultor y Abel como pastor y cada uno vivía en su propia choza.
Caín ofreció a Dios un sacrificio con los primeros frutos, en tanto que su hermano Abel el mejor cordero de su rebaño. Cuando Dios aceptó la ofrenda de Abel rechazó la otra y Caín se puso negro de ira. Dios le preguntó: “¿Por qué te tomas a mal?!domina tus celos y tu orgullo!.
Dios aceptó la ofrenda de Abel y rechazó la de Caín con un buen motivo, pues en tanto que Abel había elegido el mejor cordero de su rebaño, Caín sólo había puesto en el altar unas pocas semillas de lino.
Caín iba paseando cuando se le apareció Lucifer y le dijo: “¿Vas a perdonar la vida de ese adulador?”. El engaño hizo efecto, en un ataque de ira Caín mató a su hermano Abel.

Dios impuso a Caín siete castigos peores que la muerte misma, un cuerno vergonzoso que le brotaba de la frente, un hambre voraz que nunca se saciaba, y la decepción en todos sus deseos, una perpetua falta de sueño y la orden de que ningún hombre lo protegiera ni matara.

Adán temiendo que otro hijo de Eva y él pudieran compartir el mismo destino que Abel, se abstuvo del acto sexual con ella durante ciento treinta años. En todo ese tiempo llegaban los súcubos a Adán causándole sueños pecaminosos y los íncubos violaban a Eva mientras estaba dormida. Estos eran ángeles creados por Dios el Sexto Día, y antes de que pudiera completar sus cuerpos se puso el sol y al anochecer comenzó el Sabat por lo que no terminó la fase de creación y se convirtieron así en seres tenebrosos.
Pero un Ángel de Dios ordenó a Adán que se acostase con Eva prometiendole un hijo llamado Set, que significa “consuelo”.
Después del nacimiento de Set, Adán volvió a la abstinencia, pero siete años después Dios volvió a decirle a Adán que se acostase con Eva prometiendo que impediría que los tentase Lucifer con lujuria e indecencia.

Antes de morir Eva le dio a Adán treinta parejas de mellizos, un hijo y una hija cada vez. Adán vivió ochocientos años después del nacimiento de Set.

Pasó algún tiempo y...



Había en el país de Hus un hombre llamado JOB, un hombre perfecto, íntegro, temeroso de Dios y apartado del mal.
Dios lo había protegido, dado riquezas y prosperidad.

Un día el Señor se encontró con Lucifer y le preguntó: “¿de donde vienes?
Lucifer le respondió: “De recorrer la tierra y pasearme por ella”.
Y Dios le dijo: “ Has reparado en mi siervo Job? No hay nadie en la tierra como él”.

Lucifer pensó que si le quitaba esa prosperidad este le maldeciría; Dios aceptó el reto y permitió que tuviera lugar la prueba.

Con el permiso concedido salió Lucifer a llevar al desastre a Job. Se llevaron sus bueyes y asnos, más tarde robaron sus camellos. Sus hijos murieron en el transcurso de una violenta tormenta, pero la confianza de Job en Dios seguía intacta, el nada podía saber de los acontecimientos que estaban sucediendo. Job era el centro de atención de los dos mundos, el Cielo y el Infierno. Así Dios como sus ángeles y así como Lucifer y sus demonios observaban con interés el desarrollo de la prueba.

Volvieron a verse y Dios le dijo: “Le has incitado contra mi y aún sigue firme en su entereza”, a lo que Lucifer respondió: “Piel por piel, que todo lo que tiene el hombre está dispuesto a darlo por su vida”.
Lucifer salió de la presencia de Dios y fue a herir a Job con un llaga maligna desde la plata de los pies hasta la coronilla; su mujer le dijo: “¿todavía preservas en tu rectitud?, sal y maldice a Dios y muere”.

Job 2.6-21: “Desnudo salí del vientre de mi madre, desnudo allá regresaré. El Señor me lo había dado, el Señor me lo ha quitado; sea bendito el nombre del Señor”.

Después de haber dirigido estas palabras, Dios reconoció su inocencia curó su herida y multiplicó su prosperidad. Job permaneció vivo hasta la edad de ciento cuarenta años.

La fe inquebrantable de Job hizo ganar la batalla a Dios.

Apocalipsis 12:7-9: “Y hecha una gran batalla en el Cielo, Miguel y sus ángeles lidiaban contra el dragón y su ángeles y no prevalecieron, ni su lugar fue hallado más en el Cilelo. Y fue lanzado fuera aquel gran dragón, la serpiente antigua, que le llama Diablo y Satanás, el cual engaña a todo el mundo; fue arrojado en tierra y sus ángeles fueron arrojados con él”.




                                                                            Continuará.........otra vez.




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